La Legio XIII Gemina fue una legión romana famosa por su lealtad y participación en momentos clave de la historia de Roma. Fundada por Julio César en la Guerra de las Galias, fue la única legión que lo acompañó al cruzar el Rubicón, desatando la guerra civil que lo llevaría al poder. Más tarde, fue reactivada por César Augusto, participando en campañas que consolidaron el naciente Imperio. Su legado continuó bajo emperadores posteriores, destacando en las guerras de Dacia bajo Trajano, donde ayudó a expandir las fronteras imperiales. La XIII Gemina simboliza la transformación de Roma de república a Imperio y su expansión.
Aunque Trajano es recordado por sus conquistas y monumentales obras públicas, su postura frente a los cristianos revela una faceta menos conocida de su gobierno. En su correspondencia con Plinio el Joven, Trajano estableció una política pragmática: los cristianos no debían ser perseguidos activamente, pero si eran acusados y se negaban a renunciar a su fe, debían ser castigados. Esta política evitaba una persecución masiva y priorizaba la estabilidad del imperio. Así, Trajano mostró su habilidad para mantener el orden interno mediante una diplomacia cuidadosa, sin recurrir a medidas extremas.
Hoy en día, Las Médulas son reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, no solo por su valor histórico y arqueológico, sino también por su singular belleza natural. El paisaje de montañas rojizas, salpicado de vegetación verde y con espectaculares formaciones geológicas, es un recordatorio tangible de la grandeza de Roma y del poder transformador de su tecnología.
En el plano histórico, Las Médulas representan un símbolo de la habilidad y determinación de los romanos para aprovechar al máximo los recursos naturales de su vasto imperio. Trajano, como primer emperador hispano, desempeñó un papel crucial en la expansión de esta explotación, y su reinado es recordado como una de las épocas más prósperas de Roma, en parte gracias a las riquezas obtenidas de lugares como Las Médulas.