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Los íberos y el culto al toro

Como hemos visto en otras entradas de este blog, nuestros antepasados, los íberos, dieron culto al toro. No fueron manifestaciones aisladas, pues los íberos forjaron su cultura en el contexto de la de la realidad del mundo de su época y, consecuentemente, su faceta religiosa tuvo que verse inmersa en los modelos mediterráneos imperantes.

Toro de Azaila

El culto al toro en la época íbera

Ciertos hallazgos escultóricos y cerámicos procedentes de yacimientos arqueológicos ibéricos que datan de entre los siglos V y I a.C., como puede ser el Toro de Azaila, han proporcionado la base suficiente para iniciar el estudio alusivo a las creencias de aquellas gentes, del que se deduce que los íberos practicaron una religión mistérica de tipo agrario y veneraron a unas divinidades encargadas de mantener la fertilidad.

La elección del símbolo tauromorfo como representación de todos los grandes dioses masculinos del mundo antiguo pudo responder a que, durante los siglos IV y III a.C., durante la era de Tauro, período en el que surgieron y adquirieron forma las religiones del Próximo Oriente, cuando los hombres miraban al cielo veían en él algo semejante a la silueta de un toro, veían la constelación de Tauro. Toro que identificaron con la divinidad, por lo que dieron esa imagen al espíritu de dios que por medio de la renovación anual permitía el surgimiento cíclico de la vegetación y la continuidad de la vida.

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Representaciones artísticas del toro en Iberia

En el área ibérica existen modelos que reflejan esta adoración por la figura del toro. Podemos encontrar distintas obras escultóricas que así lo demuestran. El toro de Porcuna evidencia su carácter sagrado, tanto por la flor, símbolo de la divinidad, que luce en su frente como por los tallos vegetales que le brotan de la cruz y terminan en sendas estilizaciones de capullos florales.

Toro de Azaila

Con similar carácter hay que situar también al toro de Azaila, con una roseta de siete hojas en el centro de la testuz que manifiesta el significado religioso de la obra. Asimismo, el toro androcéfalo más conocido de la cultura íbera, la Bicha de Balazote, evidencia su sacralidad como remedo del Aqueloo griego, como vimos en otra entrada del blog. Es posible atender a la presencia de toros y toros andrósopos asociados a signos astrales en la numismática hispánica, que sugieren también aspectos de religiosidad.

Bicha de Balazote