Publio Elio Adriano
Itálica, cuna de emperadores
Publio Elio Adriano, nació en Itálica el 26 de enero del año 76 d.C..
Tras Trajano, sería el segundo emperador del Imperio romano nacido en Hispania y en la misma población, Itálica, la actual Santiponce en la provincia de Sevilla. Y, como vimos en otra entrada del blog, fue Trajano quien lo nombró su sucesor al frente del Imperio.
Sus antepasados eran oriundos de Adria, en Italia, y emigraron a Itálica en la época de los Escipiones a finales del siglo III a.C.
Su abuelo, Elio Marulino, primer senador de la familia, se casó con una Ulpia tía de Trajano. Su padre, primo de Trajano, era Publio Elio Adriano Afer y su madre Domicia Paulina procedía de Gades (Cádiz), la ciudad más antigua de Hispania y primer asentamiento fenicio de occidente.
Los primeros años de Adriano
Durante sus primeros años de vida fue cuidado principalmente por su nodriza, llamada Germana, que provenía del norte. Germana se encargó de cuidarlo y alimentarlo, siendo esto algo normal entre las clases nobles romanas de aquella época.
Desde muy pequeño, Adriano demostró estar dotado de un ecléctico ingenio y una gran pasión por la literatura griega que le hizo ser conocido como “Graeculus”, que vendría a traducirse como grieguecillo. A los diez años, su padre murió, quedándose a cargo del mismísimo Trajano quien se lo llevó a Roma para procurarle una correcta formación. Adriano era un buen jinete, hábil en el uso de las armas y un gran aficionado a la caza. Se caracterizaba por tener una gran energía y por un carácter cercano, que le permitió tener buenas relaciones con los soldados de Roma, a los que siempre trató con cercanía. A los quince años volvió a Itálica, donde pasaba el día dedicado a la caza. Por lo que Trajano decidió que volviese a Roma con él para seguir con su educación con el cursus honorum romano, ostentando distintas magistraturas.
Al poco tiempo de llegar a Roma fue nombrado decemviro, y posteriormente fue nombrado tribuno militar en Moesia (actual Serbia) en tiempos del emperador Domiciano. Trajano no le perdía de vista, destacando siempre en público sus actos notables.
Como vimos en otra entrada, en el año 97 Adriano fue quien informó a Trajano que había sido nombrado sucesor de Nerva y por lo tanto Emperador de Roma. A partir de ese momento el vínculo entre ellos se estrechó aun más. Después de la segunda guerra dácica, Trajano le envió el anillo de diamantes que él había recibido de Nerva.
Adriano pasó por distintos puestos militares, desde la Dácia hasta Panonia. Sería cuestor, tribuno de la plebe, pretor, legado del pretorio en la guerra de Panonia (antigua región romana situada entre la actual Hungría, Croacia, Bosnia, Eslovenia, Austria, y Eslovaquia) en la que derrotó a los Sármatas. Cónsul y legado en la guerra contra los partos y, por segunda vez cónsul. Participó con éxito en distintas campañas militares contra los enemigos de Roma distinguiéndose como un eficaz caudillo militar.
Hasta que el 11 de agosto del año 117 d.C. Trajano le nombró su sucesor. Este es un punto muy oscuro en la vida de Adriano, ya que no se sabe exactamente como fue el nombramiento. Todavía hoy se ignora si, efectivamente, lo adoptó antes de morir, si Adriano estaba presente o si todo fue una artimaña de la mujer de Trajano, Plotina, para que nombrase sucesor a Adriano ya que, como dejó escrito Dion Casio "Plotina estaba enamorada de Adriano".
Este nombramiento le generó muchos enemigos a Adriano con los que tuvo que lidiar a posteriori, pero esto lo veremos en las próximas entradas del blog.
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